En una de las áreas geológicas más inestables de América Central, en el Valle del Antón de Panamá, crecen unos de los árboles más extraños del mundo: los árboles cuadrados.
Se trata de una especie de álamos que por algún extraño designio de la naturaleza han crecido con troncos cuadrados, es decir, con dos ángulos rectos perfectos, un hecho que desconcierta a los visitantes. Incluso los "anillos" de su madera crecen con una forma cuadrada y no con la clásica círcular.